jueves, 22 de julio de 2010

Lecturas de verano

Durante estos días mi biblioteca está creciendo considerablemente. No hago más que comprar libros. No sé si gracias a las vacaciones los lectores habituales a las librerías de viejo han desaparecido, o bien, si mi tiempo libre me permite pasarme con mayor asiduidad y calma por estos establecimientos, que encuentro un mayor número de libros interesantes. Un primera edición de 65 poemas recuperados, de Constantino Cavafis, traducido por José María Álvarez (una joya); Criticar al crítico, de T. S. Eliot (imprescindible); Literatura Española Siglo XX, de Pedro Salinas (necesario); Álbum Luis Cernuda, una maravillosa edición de la Residencia de Estudiantes (sublime); Rimbaud de Arabia, de Alain Borer; Cazador de autógrafos, de José Luis Piquero; una antología bastante presentable de Manuel Machado; El hombre que fue jueves, de Chesterton (traducción de Alfonso Reyes); Libro del desasosiego, Pessoa; un libro muy adecuado para este mes tan futbolístico: Salvajes y sentimentales. Letras de fútbol, de Javier Marías (maravilloso); Poesía reunida de Yeats, traducción espléndida de A. R. Taravillo (una pasada); Madrid, de Corte a checa, de Agustín de Foxá, "el conde" -como diría mi queridísimo Juan Luis Panero- (no me lo esperaba). A todo esto debo sumar los libros que me regala Miguel Ángel Gómez como Actos de habla, de Jaime Siles; Alumbramiento, de Andrés Neuman (interesante); algún estudio sobre poesía española contemporánea que prefiero no nombrarlo; y, sobre todo, un libro curioso de sonetos gongorinos titulado Las campanas de la muerte, de José Ramón Muñiz Álvarez, promete bastante. Pues todo esto está repartido entre mi mesa de trabajo y los atriles. No sé si me dará tiempo a leerlo en estas vacaciones; en lo que sí que estoy seguro es que no me aburriré.


1 comentario:

  1. Te aseguro que no te aburrirás.(Por cierto, te faltó decir que el "Libro del desasosiego" es insuperable)

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