lunes, 24 de marzo de 2014

JILL, de Philip Larkin

A veces, sin saber muy bien cómo, el libro que quieres leer y ni siquiera sabes de su existencia te está esperando, escondido entre un montón. El día que surge el milagro es para recordarlo. El pasado viernes en una de las librerías de viejo de mi ciudad, rebuscando en entre un montón de libros me llamó la atención un ejemplar de Jill, de Philip Larkin. Desconocía por completo la obra novelística de este autor, que siempre me ha resultado simpático por esa cara de chiste que tenía. Enseguida eché un vistazo a la contraportada y, tratándose de su primera novela, escrita con 21 años, y que retrata la vida de un estudiante de provincias en el Oxford de los años de la II Guerra Mundial, no dudé en llevármelo. Por lo que he visto por encima, la novela parece bastante entretenida; tiene su gracia, como el rostro de su autor.


Philip Larkin, Jill, trad. de Marcelo Cohen, Barcelona, Lumen, 1990.

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